Guaymas, Sonora | Por Lic. Armando Saucedo Monarque @saucedomonarque | sábado 18 de septiembre 2021

Ha concluido la administración municipal que encabezó Sara Valle Dessens y podemos decir, sin temor a equivocarnos, que desaprovechó la oportunidad que le dimos los guaymenses para reivindicarse como una verdadera promotora del desarrollo democrático en nuestro municipio, pues su gobierno estuvo marcado por una serie desaciertos, desencuentros, ocurrencias y despropósitos que la pintaron de cuerpo entero, agravadas estas circunstancias por una ferviente inclinación a la soberbia y nepotismo generadores de corrupción, pues la llevaron a actuar siempre al margen de la ley y en forma arbitraria, bajo el principio de considerar la cosa pública como un patrimonio personal.
Fueron tres años perdidos para nuestra región, en los cuales se produjo una regresión social, económica, política y cultural producto de un oportunismo que al final la llevó a quedarse sola con sus huestes, rechazada por el Partido del Trabajo y por Morena, partidos que en alianza la impulsaron como su candidata a la presidencia municipal a los que traicionó sucesivamente para después arrepentida en la búsqueda de una fallida reelección se mostrara abiertamente abyecta ante los dirigentes partidarios para lograr su bendición, sin lograrlo, en un desfiguro que daba pena ajena.

Si aclarando amanece, desde un principio dio muestra de tozudez política, al designar a su cuñado Santiago Luna García, como tesorero municipal al que mantuvo hasta que la situación se volvió insostenible, pues incluso en un principio desoyó hasta al propio presidente Andrés Manuel López Obrador, que abiertamente cuestionó cualquier práctica de nepotismo, sin embargo, ni con la salida de ese impresentable del gobierno municipal se puso fin al nepotismo en la administración que desgobernó todo el trienio como una familia inepta, pero feliz, de tal manera que podemos decir que el nepotismo fue el distintivo de ese gobierno y principal incentivo de la corrupción y opacidad que lo distingue hasta la fecha.

Esa cofradía de incondicionales permitió a la presidenta municipal gobernar con base a todo tipo de excesos, descuidos y negligencias; explico el por qué:
En seguridad pública dejó de diseñar e implementar un programa municipal que privilegiara la prevención del delito y restauración del tejido social, como debió ser recuperar espacios públicos para la convivencia social, cultural y deportiva, pues aplicó una política ciega y a la cola de los esfuerzos estatal y federal, llamándose en todo tiempo ajena a esta problemática tanto en sus orígenes, procesos y consecuencias pues no movió ni un solo dedo, ni siquiera en los sucesos trágicos que marcaran de por vida su trienio, para paliar este problema público.

La salud pública municipal fue un tema ausente en la mirada de la administración municipal que se ha ido, fue incapaz de elaborar un diagnóstico municipal de los muchos males que aquejan a la población para incidir en los presupuestos del estado y de la federación en la búsqueda de recursos para implementar políticas públicas en materia de salud, cuando es notorio que en varias comisarías no hay el más mínimo servicio; está clara y notoria la ausencia de un espacio de salud digno para los habitantes del municipio; no hubo un programa emergente para enfrentar una potencial epidemia de enfermedades gastrointestinales debido a que Guaymas está sumido en aguas negras y pestilentes, y ni que decir de la ausencia de una instancia de coordinación en la materia y así podríamos seguirle y seguirse.
El tema de la infraestructura municipal es quizá el que más ruido hace por el lamentable estado en que se encuentra la ciudad y las comisarias, con vialidades que gozan de profundos cráteres, calles sin alumbrado, parques en abandono, sin servicio de limpia y recolección de basura, aguas negras que corren como ríos y lagunas pestilentes en el centro histórico, suciedad y basura por doquier, ése es el Guaymas Va, lamentable y triste para nosotros.

Cero obras públicas, salvo la pavimentación con concreto hidráulico de la calle en la que se encuentran el domicilio particular de la ex presidenta y replicado este ejercicio en la de algunos funcionarios, que queda como evidencia de la visión patrimonialista de la política de la munícipe, como si hiciere falta alguna prueba más.

Un gobierno lleno de ocurrencias, baste recordar el regalo de palas a las madres buscadoras o la playa incluyente en esta tragicomedia del gobierno autodenominado Guaymas Va, que da pie a las preguntas ¿A dónde fue? o ¿A dónde nos llevó?

Sara Valle Dessens es la directamente responsable del pésimo manejo financiero del municipio y del abuso que cometió con los trabajadores jubilados del municipio a quienes en forma arbitraria e ilegal les aplicó el pago del impuesto sobre la renta no obstante que, conforme el artículo 93 de la ley del referido impuesto, están exentos del pago, mermando así en forma despótica sus ingresos que son vitales para que tengan una vida digna en el retiro como derecho humano.

Podríamos seguir en forma casuista con los ejemplos de la ineptitud del gobierno que se Va, pero con los referidos hasta ahora, es claro que quienes promovimos su revocación de mandato en el año de 1999, no nos equivocamos, estábamos en lo justo, y si hoy, en principio, algunos la apoyamos en la elección pasada de 2018, fue con el ánimo de evitar dividir el voto a favor de la 4T, en ese sentido, hoy creo que eso fue un lamentable error que en lo personal asumo y debe de servir de lección.

En fin, como alguien dijo por ahí, se acabó un gobierno que muchos queríamos que se fuera y que seguramente estará en el cuadro de la historia como uno de los peores, esperamos que la rendición de cuentas y responsabilidad le alcance, está en manos de la entrante administración hacer un deslinde puntual y estricto para que cada quien responda por sus actos y omisiones.
Por Lic. Armando Saucedo Monarque @saucedomonarque