FEMINICIDIO. ¿Quién es culpable?

Rompe el silencio. Cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres no te quedes de brazos cruzados. Actúa.

Hoy como muchos otros días, me viene a la mente el tema de la violencia en contra de la mujer y como éstas son mancilladas hasta el tuétano, por una sociedad machista enferma de poder, de querer someter a las personas para sentir su falso poderío. Me pregunto qué es lo que hace que la violencia se tolere, al grado de perder la vida y exponer a las personas de alrededor al trago amargo de este vil acto. No es solo perder al ser querido, no, se generan daños colaterales difíciles de borrar y de superar. Con esto pensaríamos que la violencia, en ese mundo dañado por la pérdida de un ser querido, tendría que volverse de cero tolerancia a la violencia y resulta que no, a veces surte un efecto contrario y el enojo por haber vivido ese episodio se vuelve tan natural que se sigue ejerciendo en todos los ámbitos de nuestra vida la violencia de género, o en su defecto se acepta como algo natural y que todo mundo lo tendrá que vivir en algún momento de su vida. Esto quiere decir que es urgente y necesario que se pida ayuda y se trate el tema como lo que es, algo fuera de lugar, que no debería de pasar y menos volver a repetirse, este es un paso difícil de dar, ya que vivimos en una sociedad que tiene normalizada la violencia de género e incluso, en la mayoría de los casos se revictimiza a la víctima, cargándole la culpa del hecho que recibió por parte del agresor. Este es un asunto muy serio en nuestra sociedad, porque en un gran porcentaje no se trata el delito con la fuerza, el nombre y la justicia con que debería.

Estamos viviendo tiempos de cambios radicales en el pensamiento de la sociedad mexicana, es de suma importancia darle el justo valor a este tema tan delicado, no podemos seguir por el mismo camino, donde la mujer sigue siendo víctima del acoso colectivo de los hombres e incluso de las mismas mujeres, que inmediatamente juzgamos a la que se atreve a denunciar un caso de abuso, por menor que este sea, no hemos aprendido a tomar las riendas de nuestras vidas y a luchar por los derechos colectivos de nuestro género, por miedo a ser cuestionadas y rechazadas en un mundo donde lo mejor es ser parte del sistema opresor machista.

Recuerda, no es un asunto privado que queda en casa. ¡No toleres! ¡No ocultes! Denuncia.

Tenemos mucho a nuestro favor gracias a que estamos entrando a una sociedad global y con la ayuda del internet, podemos conocer a mujeres de otras partes del mundo, donde sus luchas han alcanzado niveles de igualdad de género envidiables, lo que nosotras tenemos que hacer es tomar todo lo que nos hace sentir libres y aprender a dejar atrás todas las construcciones sociales aprendidas que dañan y tienen secuestrada nuestra libertad. Para la mujer no es nada fácil la emancipación, porque por años nos han enseñado a depender de una figura masculina que cuide de nosotras en momentos que tenemos miedo, que nos quedamos solas, que tenemos que enfrentar inclusive el matar un bicho dentro de nuestro hogar, cargar un garrafón, limpiar el patio, cargar cosas pesadas, etc. Este es uno de los pasos más difíciles de dar, el encarar nuestro verdadero rol dentro de la vida misma, de que podemos hacer todo nosotras sin necesidad de tener a alguien a nuestro alrededor que cuide de nuestro mundo de princesas de cuento de hadas, enseñar a los hombres sobre nuevas masculinidades es de urgencia nacional.

La violencia no es solo matar a otro. Hay violencia cuando usamos una palabra denigrante, cuando hacemos gestos para denigrar a otra persona, cuando obedecemos porque hay miedo. La violencia es mucho más sutil, mucho más profunda.

Si tenemos claro lo anterior, también podremos identificar que estar con alguien deberá de ser por el puro gusto de así desearlo y no por la necesidad de encontrar a un hombre que nos ayude a sobrevivir y a guiarnos. Debemos leer y leer bien sobre la igualdad de género y sobre el empoderamiento femenino, para darnos cuenta que tenemos derechos que antes ni siquiera podrían haber llegado a pensar las mujeres que vivían sometidas a los deseos del hombre (No en todas las culturas, aclarando). Las exigencias a uno como mujer son demasiadas hasta la fecha y no es justo que sigamos cargando con construcciones sociales que nos han tenido sometidas en la peor de las torturas. Ser libres cuesta y no es algo sencillo de lidiar, ya que nos tenemos que hacer responsables de nuestros propios actos y no estamos sujetas a la aprobación de nadie más, sino a la propia y muchas de las veces somos nuestros peores jueces. (MUJER: Te pido que no seas tan dura contigo, ámate y acéptate como eres). Mientras aprendamos que el respeto a los demás es básico en el encuentro con la libertad misma, estaremos abriendo el camino para que más mujeres se animen a tomar el control de sus vidas y dejen esos círculos viciosos en los que se encuentran, por el miedo a vivir en un mundo que nunca han explorado, ya sea por comodidad o por creer que así es lo que les tocó vivir, aún y cuando su vida y la de sus seres queridos estén en riesgo, muchas de las veces ni siquiera caen en cuenta, de la bomba de tiempo que representan las cuatro paredes de sus casas o lugares de trabajo, porque están acostumbradas a convivir en ambientes donde se violenta en todo momento a su persona.

Estas situaciones no se dan en un determinado nivel social, cultural, educativo, religioso o económico, esto va más allá de todo, pudiendo llegar a pensar que en nuestro circulo jamás pasará un episodio violento, pero vaya sorpresa cuando lo llegamos a vivir en carne propia. Lo peor continúa al pasar de los años, nada cambia y todo parece que fue ayer. Por eso indispensable que en el primer aviso de violencia, lo grites a los cuatro vientos, no te calles nada y mucho menos obligues a tu gente cercana a callar porque después ya es demasiado tarde, aléjate de personas violentas y busca ayuda con quien tengas confianza y no te detengas por miedo a perderlo todo, o al qué dirán, no hay nada más valioso que tu vida misma.

Basta ya de minutos de miedo, de humillación, de dolor, de silencio. Tenemos derecho a que todos los minutos sean de libertad, de felicidad, de amor, de vida. Nos queremos vivas. Todas. Ni una menos.

Existen grupos de ayuda donde nadie cuestionará tus razones por haber sido violentada o por haber aguantado tanto tiempo a un violentador, no voltees con las personas que si te cuestionarán, porque al final de cuentas son las mismas que no harán nada por ti en momentos de desesperación o desolación, y mucho menos cuando ya no estés, ninguna de ellas velará por quienes más amas en este mundo, como pueden ser tus hijos e hijas, todas ellas que nunca vieron por ti para darte ayuda, jamás esperes que se la den a tus seres queridos. La sociedad está enferma por el machismo, es un cáncer social que tenemos que tratar de erradicar y no dejar que se siga expandiendo para evitar más feminicidios, es alarmante la manera en que se siguen viendo por todas partes y a nadie parece importarle hasta que lo viven en carne propia y te pregunto, ¿Crees que no es tu problema combatir la violencia de género? ¿Necesitas esperar que te suceda a ti o a algún familiar directo? Recuerda que el feminicidio es el punto culminante de una persona machista. ¿Quieres esperar a formar parte de una estadística más de feminicidio? Y deja tú, este es otro punto polémico, en el mejor de los casos detectar que sucedió el feminicidio, porque este muchas de las veces queda disfrazado con un sinfín de nombres, con tal de hacer caso omiso de lo que en realidad sucedió y de esta manera se sigue fomentando día a día, pongamos un alto y no dejemos que la violencia de genero siga creciendo. Busquemos ayuda y eduquemos nuestras conciencias para crear a nuestras nuevas generaciones, que son clave en el futuro de México y del mundo.

Tenemos que buscar el beneficio común por un mundo mejor desde nuestro espacio, cualquiera que este sea. En mis tantas vivencias una de ellas es el haber vivido un feminicidio en mi propia familia y eso es algo muy difícil de superar, mucho se podrá decir de lo que se puede o debe hacer en estos casos, hoy para mí es un gran paso el poder compartir mis sentimientos al respecto, el poder hacerlo me provoca sensaciones dispersas entre culpabilidad y una sensación de paz, porque tal vez por mucho tiempo cargué con sentimientos de culpa por no haber podido evitar lo que sucedió, son demasiadas las cosas que se podrán decir al respecto, que apenas los que han vivido algo similar puedan tal vez entender de lo que estoy hablando. Hablar sobre algún tema escabroso en esta sociedad llena de prejuicios no es fácil ni sencillo, pero que al hacerlo cerramos la brecha en estos temas tabú, hago un llamado a la no violencia y a dejar de normalizar el machismo, ya que por estadísticas, sabemos que el desenlace de la violencia de género termina en feminicidios.

El silencio es letal en maltrato hacia la mujer. Atrévete, sé valiente y denuncia al agresor.

Es responsabilidad de gobierno y sociedad combatir la violencia de género y principalmente dejar de culpar a las víctimas por no haberse ido o pedido ayuda a tiempo. Es una ardua tarea la que nos espera a todos y todas para poder combatir este grave delito. El gobierno tiene que empezar por poner el ejemplo con las personas que ocupan cargos públicos, ya que deben ser los principales promotores del cambio en la sociedad. Ya existen Leyes, ahora lo que necesitamos es que estas se apliquen y exigir que se les otorgue presupuesto a las Instituciones encargadas de combatir este grave problema social. Te invito a leer más sobre el tema y a pedir ayuda en caso de que te encuentres en este circulo vicioso de violencia para que puedas salir avante, romper paradigmas nunca ha sido fácil, pero nos ayuda a dejarles mejores oportunidades con calidad de vida a nuestra descendencia. Informarte puede salvar tu vida o la de un ser querido, no estás sola mujer, siempre hay alguien que alumbra nuestro camino. 

Janny Barrera 

https://twitter.com/CPJannyBarrera

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